En el Palacio de las Convenciones de La Habana, donde se reúnen este viernes y sábado representantes de más de un centenar de naciones, el mandatario expresó que los países en desarrollo integrantes de este bloque exigen la democratización pendiente de las relaciones internacionales.
De acuerdo con el jefe de Estado, tal derecho les asiste porque los miembros del G77 son las víctimas principales de la actual crisis multidimensional del mundo, el abusivo intercambio desigual, la brecha de intercambio del conocimiento y el agotamiento de los recursos naturales, entre otros problemas.
Al intervenir ante las delegaciones asistentes a la cita, que incluyen decenas de jefes de Estado y de Gobierno, Díaz-Canel apuntó que poseen la inmensa responsabilidad de representar los intereses de la mayoría de las naciones del planeta.
Conservamos el nombre original, pero somos mucho más de 77, añadió en referencia a que la agrupación está integrada por 134 países, los cuales representan más de dos tercios de la Organización de Naciones Unidas y el 80 por ciento de la población del orbe.
El presidente cubano sostuvo que reunirse en una cumbre brinda a los líderes de esos territorios la posibilidad de deliberar en colectivo y al más alto nivel político en defensa de los intereses de esa mayoría, así como aunar posiciones frente a los retos del desarrollo.
Somos más y más diversos, agregó Díaz-Canel, quien recordó al reconocido poeta uruguayo Mario Benedetti cuando afirmó que “el sur también existe”.
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