De acuerdo con el informe, emitido por el Departamento para las Libertades Civiles y la Inmigración de ese organismo, publicado este miércoles en su página oficial, entre el 1 de enero y el 19 de septiembre arribaron a las costas italianas 130 mil 620 migrantes.
Esa cifra representa casi el doble que los 69 mil 283 que llegaron en igual período del pasado año, lo cual muestra la gravedad de una crisis que empeora cada día, como evidencia el desembarco de mil 67 personas en las últimas horas, tan solo en la sureña isla de Lampedusa, el punto más crítico del país.
Durante el martes arribaron allí 896 migrantes a bordo de 23 embarcaciones, en tanto durante esta madrugada llegaron otros 171 en cinco lanchas, y el número sigue creciendo en esa ínsula que alberga en estos momentos a mil 761 recién llegados en su atestado centro de acogida ubicado en Imbriacola, con capacidad para unos 400 huéspedes.
El pasado domingo la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, visitó Lampedusa, en compañía de la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y destacó que este problema migratorio “inevitablemente afecta a todos” los países de la región.
“Nos enfrentamos a una magnitud tal, en términos de flujos migratorios, que si no trabajamos seriamente y juntos para combatir las salidas ilegales, las cifras de este fenómeno abrumarán primero a los estados fronterizos, pero luego a todos los demás”, añadió la mandataria
En tal sentido, “necesitamos soluciones serias, complejas y duraderas”, señaló, y agregó que “no tendría mucho sentido ver una parte de Europa que está comprometida y trabaja para encontrar esas soluciones, y otra parte de Europa que por razones ideológicas trabaja para desmantelar ese trabajo y esas soluciones”.
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