Aunque todas las partes en el gabinete están de acuerdo en construir puentes con Riad, el sector más conservador rechaza de forma tajante cualquier concesión a los palestinos derivada de los reclamos del reino.
Al intervenir ayer en la sede de la ONU, el canciller saudita, príncipe Faisal Bin Farhan, dejó claro que el respaldo a los palestinos es una línea roja de su país.
“La estabilidad de la región depende de una solución justa e integral para la causa palestina y del establecimiento de un Estado palestino basado en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como su capital”, alertó.
Desde hace semana la prensa israelí destaca en primera plana las conversaciones entre ambos países para establecer relaciones diplomáticas, que fueron confirmadas por el príncipe heredero Mohammed bin Salman durante una reciente entrevista con la televisora estadounidense Fox News.
“Si hay concesiones para los palestinos, no permaneceremos en el Gobierno, y no sólo nosotros, sino también el partido Sionismo Religioso”, respondió el ministro de Seguridad Nacional y jefe de la formación Poder Judío, Itamar Ben Gvir.
Ambas agrupaciones suman 14 de los 120 escaños de la Knesset (Parlamento), por lo cual son clave para mantener la mayoría legislativa del bloque derechista, que cuenta en la actualidad con 64 curules.
Apoyamos la normalización, pero no aceptaremos ninguna concesión a los palestinos, le dije al primer ministro que no nos arrinconara, advirtió Ben Gvir, conocido por sus posiciones racistas y antiárabes.
En respuesta, en una entrevista con la televisora CNN, Netanyahu retó a sus incómodos aliados.
“Hablan y hablan, eso es lo que hacen los políticos (…) Ellos se unieron a mí, no yo a ellos” replicó el jefe de Gobierno al referirse a Ben Gvir y al jefe de Sionismo Religioso y titular de Finanzas, Bezalel Smotrich.
oda/rob