Tal caso implica el discurso pronunciado por el entonces parlamentario en el pleno de la Cámara baja en diciembre 2014.
En la ocasión, el legislador federal manifestó que solo no violaría a la diputada Maria do Rosário, del Partido de los Trabajadores, porque «ella no lo merecía».
De manera ofensiva, alegó que no transgrediría, porque, en su opinión, ella «es muy fea».
Luego de esas declaraciones, el exmilitar fue procesado por el Ministerio Público Federal y Do Rosário.
Bolsonaro pasó a responder a los cargos en el Supremo Tribunal Federal (STF), pero el proceso se suspendió después que asumió la presidencia del país, en 2019.
Con el fin del mandato y del fuero privilegiado, el caso siguió para la primera instancia de la Justicia.
La decisión que reanudó el proceso contra Bolsonaro fue firmado el 24 de agosto y publicado la víspera.
En junio, el ministro Antonio Días Toffoli, del STF, decidió que el expediente debería ser examinado por el Tribunal de Justicia del DF, pues Bolsonaro no posee más foro.
La tercera Corte Criminal de Brasilia recibió el 1 de septiembre la denuncia contra el exmandatario de tendencia ultraderechista, que se tornó reo en la Justicia capitalina.
El juez de derecho Omar Dantas Lima consideró la manifestación de la Fiscalía del DF y Territorios, y ratificó todos los escritos procesales realizados por el STF, incluyendo la recepción de la denuncia y la audiencia de testigos.
Por redes sociales, el excapitán del Ejército aseguró que seguía siendo hostigado. «¡Fui insultado, me defiendo y una vez más el orden de los hechos es modificado para confirmar más una persecución política conocida por todos!», apuntó.
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