El legislador de Nueva Jersey, imputado junto a su esposa Nadine Menéndez, compareció este miércoles ante el tribunal federal neoyorquino para responder a esta nueva acusación federal por su presunto comportamiento corrupto.
Los abogados de ambos presentaron los alegatos de no culpabilidad en su comparecencia esta mañana ante la jueza Ona Wang.
Al menos 20 colegas de bancada en el Senado le pidieron ayer al presidente del influyente Comité de Asuntos Exteriores de esa cámara -cargo al que tuvo que dimitir temporalmente según las normas- que se eche a un lado, pero él insiste en lo contrario.
La acusación a Menéndez fue presentada formalmente el viernes pasado y desde entonces los medios de prensa no paran en hablar del tema.
El expediente acusatorio señala que la pareja aceptó sobornos (lingotes de oro, un automóvil de lujo y dinero en efectivo) de tres empresarios de Nueva Jersey a cambio de actos corruptos.
Así que el caso, de momento, pica y se extiende, y es como comentara un colega, un duro golpe para los demócratas con vistas a las elecciones de 2024.
Menéndez insiste en que sus acciones para desbordar sus bolsillos son infundadas y el pasado lunes aseguró a la prensa que será exonerado.
Las autoridades alegaron que hallaron más de 480 mil dólares en efectivo durante una búsqueda en la casa de los Menéndez en junio de 2022, «gran parte metido en sobres y escondido en ropa, armarios y una caja fuerte».
Los agentes federales señalaron que había más de 70 mil dólares en una caja de seguridad perteneciente a Nadine Menéndez, así como lingotes de oro por valor de más de 100 mil dólares.
El senador Menéndez, de 69 años, fue acusado también por cargos de corrupción en 2015, que finalmente fueron retirados en 2018 y siguió en su puesto.
Pero esta vez Cory Booker, catalogado de ser un aliado clave que lo defendió en aquella ocasión, se sumó al coro de voces que piden su dimisión y opinó que los cargos que enfrenta su colega le parecían “difíciles de reconciliar con la persona que conozco”.
Bob Menéndez, considerado como “el más republicano de los demócratas”, se ha destacado por su posición de hostilidad hacia Cuba (país donde nacieron sus padres), siendo artífice, junto a otro grupo de congresistas anticubanos por tratar de impedir cualquier cambio de política del Gobierno de Estados Unidos hacia la isla.
Para sustituirlo temporalmente en el Comité de Asuntos Exteriores se designó al senador por Maryland Ben Cardin, quien es el demócrata de mayor rango en el panel.
En 2015, Cardin apoyó la decisión de entonces administración de Barack Obama de sacar a Cuba de la lista de presuntos Estados patrocinadores del terrorismo, una recomendación que calificó de paso importante en los esfuerzos entonces de ambos países para tratar de normalizar las relaciones.
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