Un informe publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) señala que el sismo tuvo su epicentro en el distrito napolitano de Bagnoli, en los límites con el municipio de Pozzuoli, y el hipocentro se ubicó a tres kilómetros de profundidad, en las coordenadas 40.8170 de latitud y 14.1560 de longitud.
Mauro Di Vito, director del Observatorio Vesubiano del INGV señaló que el fuerte temblor «forma parte de la dinámica bradisísmica, que en los últimos días ha sufrido una ligera aceleración», es decir que «el proceso «continúa y el ritmo de elevación del terreno se está intensificando ligeramente».
El terremoto de 4,2 en la escala Richter formó parte de “un enjambre que comenzó ayer por la mañana a las 5 de la mañana, caracterizado por 60 eventos de menor intensidad”, apuntó Di Vito, quien precisó que en la tarde del pasado martes se registraron temblores menos intensos, de magnitud 2 y 2,2, con epicentro en los Campi Flegrei.
Entre los municipios más cercanos al epicentro se encuentran Pozzuoli, Bacoli, Quarto, Nápoles, Monte di Procida y Marano informó el experto, quien afirmó que “la dinámica de los Campi Flegrei es monitoreada constantemente por redes de vigilancia del Observatorio Vesubiano, en estrecho contacto con el Departamento de Protección Civil”.
“En la actualidad no existen elementos que sugieran evoluciones significativas del sistema en el corto plazo, sin perjuicio de que cualquier variación futura en los parámetros monitorizados sismológicos, geoquímicos y deformaciones del terreno pueda conducir a una evolución diferente de los escenarios de amenaza”, agregó
En los últimos días, el vulcanólogo del INGV, Giuseppe Mastrolenzo, habló del peligro de una posible supererupción del volcán Vesubio debido al enjambre sísmico.
Según Mastrolenzo, la energía liberada sería “decenas de veces superior a la del año 79 en Pompeya”, que destruyó esa ciudad, y alertó que “es grave que demos por sentado que podremos predecir la erupción incluso con 72 horas de antelación, una hipótesis muy optimista, casi como si hubiéramos firmado un contrato con el volcán”.
Sin embargo, la directora del INGV, Francesca Bianco, aclaró que no hay señales de una erupción próxima y aseguró que “estamos observando un fenómeno bradisísmico inducido indirectamente por una dinámica volcánica y ninguno de los datos indica que sea el precursor de una erupción a punto de ocurrir”.
oda/ort