De acuerdo con estimaciones del estudio, las personas negras tienen tres veces más probabilidades de morir a manos de la policía que las blancas; y 4,5 veces más de ser encarceladas.
“Si no se reforma la normativa sobre el uso de la fuerza en Estados Unidos de acuerdo con las normas internacionales, muchos de estos homicidios continuarán”, alerta el texto.
El documento fue publicado tras un recorrido de expertos a principios de 2023 para recoger testimonios de 133 personas afectadas, visitar cinco centros de detención y celebrar reuniones con grupos de la sociedad civil y diversas autoridades gubernamentales y policiales en Washington D.C., Atlanta, Los Ángeles, Chicago, Minneapolis y Nueva York.
«En todas las ciudades a las que fuimos, escuchamos decenas de testimonios desgarradores sobre cómo las víctimas no obtienen ni justicia ni reparación. Esto no es nuevo, y es inaceptable», dijo a la ONU Tracie Keesee, una de sus miembros.
Se trata de un problema sistémico que exige una respuesta sistémica: todos los actores implicados, incluidos los departamentos de policía y los sindicatos policiales, deben unir sus fuerzas para combatir la impunidad reinante, enfatizó.
El informe recogió testimonios directos de mujeres embarazadas encadenadas durante el parto que perdieron a sus bebés.
Otras voces narraron cómo en una prisión de Luisiana miles de presos, en su mayoría hombres negros, fueron obligados a trabajar en los campos bajo la vigilancia de blancos a caballo en condiciones muy similares a las de hace 150 años.
La relatoría calificó de «espeluznantes» otros relatos de un centro denominado Angola equivalentes a formas contemporáneas de esclavitud.
El documento enciende las alarmas ante el uso generalizado del régimen de aislamiento, que parece aplicarse de forma desproporcionada a los reclusos afrodescendientes.
Como ejemplo, el texto incluye el testimonio de un hombre negro que permaneció bajo ese régimen durante 11 años ininterrumpidos.
Las instituciones policiales y de justicia penal de Estados Unidos comparten y reproducen valores, actitudes y estereotipos de la sociedad y las instituciones estadounidenses, dijo al respecto Juan Méndez, otro de los autores.
«Los testimonios y las cifras que recibimos representan la peor parte de un sistema de justicia penal racista que erosiona todos los esfuerzos encaminados a abordar el racismo sistémico», afirmó.
Las conclusiones, agregó, apuntan a la necesidad crítica de una reforma integral.
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