A 11 meses del fin del mandato presidencial de Michel Aoun al frente del Estado, el dirigente de la Resistencia islámica libanesa enfatizó que la razón principal de la complejidad de las crisis en sus diversos niveles es el rechazo al consenso y a la cooperación.
Qaouk llamó a la oposición a salir de su posición de desafío y aceptar un presidente de la República en pos de la protección de la paz civil y la soberanía de la nación.
En este sentido, el representante de Hizbulah renovó el respaldo y su confianza en el candidato Suleiman Franjieh por su capacidad para defender a la Resistencia, impulsar el entendimiento, compromiso con la recuperación y apertura a las relaciones internacionales.
Los cuestionamientos de los principales partidos cristianos, Corriente Patriótica Libre y Fuerzas Libanesas obstaculizaron el llamado al diálogo anunciado para octubre por el titular del Parlamento, Nabih Berri.
El líder del movimiento Marada, Franjieh cuenta con el apoyo del dúo chiita de Hizbulah y Amal; mientras, los representantes cristianos permanecen en contradicción después de abandonar las nominaciones de Michel Moawad y Jihad Azour, consideraron los expertos.
Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales, Líbano sortea las problemáticas de la cuarta etapa de vacío de poder después de su independencia, en medio de discrepancias políticas, injerencia extranjera y crisis económica.
El pasado 14 de junio, el Parlamento repitió el mismo guion de las anteriores 11 sesiones y hasta el momento ningún representante de la comunidad cristiana maronita recibe el apoyo de la mayoría de 128 diputados para ocupar la primera presidencia de la República.
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