El ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, afirmó que los funcionarios de la Gobernación del Beni exigen un puente chico, sin embargo, gracias a las gestiones del presidente Luis Arce se construirá un viaducto grande.
“Este puente grande va a permitir también la navegación fluvial, es más, estamos viendo los aspectos técnicos para que el puente sea de ida y vuelta, y tenga un carril exclusivo para los mototaxistas, igual de ida y vuelta”, aseguró Montaño en entrevista concedida al canal estatal Bolivia Tv.
Describió que contará, además, con otro carril exclusivo para el tránsito de las personas y paseos porque esta infraestructura vial también tendrá fines turísticos.
“Bolivia, el Beni, Guayaramerín y, además, el Estado de Rondonia (Brasil), tienen ahora un puente grande de las mismas condiciones que ha construido Brasil en el mismo río en territorio brasileño, entonces, ahora sí tenemos un puente grande”, enfatizó el titular.
Sostuvo Montaño que la licitación tomará entre cuatro a seis meses, el mismo tiempo que requieren las de otros países de la región.
Añadió que el viaducto binacional Guayaramerín-Guajara-Mirim será construido bajo la modalidad de “llave en mano” o “licitación integral”, lo que permitirá que en el proyecto se incorporen las modificaciones planteadas por Bolivia.
De esta forma, la empresa que se adjudique la obra sobre el río Mamoré podrá hacer las modificaciones para elevar su altura y ampliar su longitud horizontal.
La parte boliviana planteó que el viaducto tenga una altura de 19,5 metros y un ancho de 170, como ocurre con similares infraestructuras brasileñas.
“Con una licitación llave en mano, licitación integral en Brasil, se puede modificar y eso es lo que se ha conseguido”, aseveró el titular al insistir en que no existe razón para medidas de presión en Beni, como ocurrió la semana pasada.
La autoridad recordó que Brasil invertirá hasta 70 millones de dólares para esta obra, compromiso histórico establecido en el Tratado de Petrópolis de 1903.
Bolivia y el Gobierno brasileño reactivaron este acuerdo en 2007, pero tras asumir el poder en el gigante sudamericano el expresidente Jair Bolsonaro engavetó el proyecto.
Los dignatarios Arce y Luiz Inácio Lula da Silva lo reactivaron, y tras una conversación telefónica el jueves último acordaron los términos de la “licitación integral” para la construcción de la obra con los ajustes sugeridos por la parte boliviana.
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