El mismo resultó de la confabulación entre Estados Unidos y el Reino Unido en contra de la integridad territorial de Venezuela, indicó un comunicado del Ministerio para las Relaciones Exteriores.
En ejercicio de sus legítimos e históricos derechos de soberanía sobre el territorio Esequibo, la República bolivariana señaló que el fallo del 3 de octubre de 1899 está “plagado de vicios de nulidad”.
Denunció que el mismo se fraguó a espaldas de la nación sudamericana bajo coacción y la constante amenaza del uso de la fuerza por parte de la corona británica.
La arrogancia de las potencias imperiales de la época, el forjamiento de documentos y mapas, el uso de todo tipo de artimañas y la usurpación de la defensa venezolana, son solo algunas de las múltiples violaciones al Derecho Internacional que se han demostrado y definen este Laudo como «nulo e irrito», afirmó la nota.
Subrayó que Venezuela denunció y comprobó, a través de títulos y pruebas documentales, que el territorio de la Guayana Esequiba le pertenece y el “Laudo de París ha sido la más vergonzosa y dolosa acción contra su integridad territorial”.
El texto apuntó que Gran Bretaña, al no poder sostener más esta patraña jurídica, accedió a firmar, en 1966, el Acuerdo de Ginebra y endosar la responsabilidad a Guyana al momento de su nacimiento como República.
En ese sentido, conminó al país vecino a “respetar dicho acuerdo como el único documento vinculante para la resolución de la controversia territorial”.
La Cancillería tildó de “deplorable veredicto” el Laudo Arbitral de París, con el cual, dijo, la corona británica intentó despojar a Venezuela de su territorio en la Guayana Esequiba.
El comunicado mantuvo “su rechazo a este dislate jurídico”, confirmó su inquebrantable voluntad de ejercer la defensa su integridad territorial e insistió ante el Gobierno de Guyana, que la única vía para la solución de la controversia es el “diálogo directo entre las partes”, como mandata el Acuerdo de Ginebra de 1966.
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