En la continuidad de los foros con la participación de candidatos presidenciales a la consulta del año próximo, el titular de la Cciap, Adolfo Fábrega, indicó que sin institucionalidad, “cualquier iniciativa que pongamos en otras áreas va a carecer de cimientos sólidos para poder prosperar”.
A nombre del mayor gremio empresarial privado, también señaló que los poderes públicos se equilibran y se supervisan mutuamente, las reglas son claras para todos los actores, la seguridad jurídica es constante y el gobierno gestiona el bienestar de la población con mesura y una visión sostenida en el tiempo.
Para Fábrega en el istmo son debilidades la independencia judicial y la visión gubernamental a largo plazo, sumado al hecho de que en 15 años Panamá perdió más de 25 puntos en competitividad, un Estado abultado que gasta injustificadamente.
Además precisó que el país no ha logrado formalizar la profesionalización de la mayoría de los funcionarios públicos, mucho menos que estos lleguen a las posiciones a través de un sistema de méritos que asegure estabilidad en los cargos por competencia y probidad en el servicio, que actúen en base a criterios técnicos y científicos.
Acerca de la lucha contra la corrupción, comentó que también se hacen necesarias instituciones robustas que penalicen y tengan un alcance real sobre los responsables de ese delito; al tiempo que se debe exigir rendición de cuentas, integridad y transparencia tanto de los funcionarios como del sistema en general.
Al intervenir en el debate, Jairo Acuña, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe, opinó que el candidato que gane la próxima elección tendrá el reto de implementar la debida independencia, división de poderes, reducir la corrupción y el soborno, crear instituciones eficaces y garantizar decisiones inclusivas, participativas y representativas.
Del lado del Centro Nacional de Competitividad (CNC), su director Irving Halman precisó que Panamá bajó de la posición 40 a la 66 en el Índice de Competitividad (el umbral positivo está del 1 al 50), especialmente por la burocracia y la corrupción.
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