La cancelación de procedimientos médicos o el aplazamiento de tratamientos como quimioterapias en hospitales de Kaiser Permanente son efectos del paro, que se suma a un año en que el país reportó un incremento de acciones de este tipo en diferentes sectores.
Kaiser Permanente, compañía con sede en Oakland, California, es una de las aseguradoras y operadoras de sistemas de atención médica más grandes de Estados Unidos, que brinda servicio a casi 13 millones de personas.
Enfermeros, técnicos de departamentos de emergencia, farmacéuticos y muchos más se sumaron a esta huelga.
En general más de 75 mil empleados abandonaron sus puestos la mañana del miércoles en un esfuerzo por aumentar la presión sobre el empleador para solucionar las demandas agravadas desde el inicio de la pandemia de la Covid-19.
Los sindicatos alegan que Kaiser ha incurrido en prácticas laborales injustas al negarse a negociar de buena fe para resolver la crisis de personal.
El paro ha tenido ramificaciones en California, Colorado, el estado de Washington, Oregón, Virginia y en Washington, D.C., la capital.
Este es uno de los últimos grupos de trabajadores en huelga en lo que va de 2023 tras la efectuada por los escritores de Hollywood, la de actores también en la principal industria del entretenimiento de Estados Unidos y el actual paro en United Auto Workers, de la rama automotriz.
Cuando el pasado 14 de septiembre se unieron al cese de labores los afiliados del UAW, la página digital Common Dreams advirtió que el país entraba en su nivel más alto de trabajadores en paro desde 1983.
Algunas encuestas revelaron, además, que el apoyo público a los sindicatos alcanzó la cota más elevada en casi 60 años.
Tal incremento, apuntó la publicación, indica un cambio social significativo y un despertar a la realidad de las condiciones laborales en una economía del siglo XXI que a menudo prioriza las ganancias sobre las personas.
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