Por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno de Colombia también expresó su solidaridad con las familias de las víctimas y manifestó su voluntad de brindar apoyo a las autoridades ecuatorianas en las investigaciones para esclarecer «este execrable hecho».
Los seis presos colombianos fueron asesinados este viernes en la citada cárcel, la más grande y poblada de Ecuador, que cuenta con una docena de pabellones donde hay unas cinco mil 700 personas.
El Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) confirmó que los seis reos muertos son los sicarios que asesinaron al candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Mediante un comunicado divulgado en la noche de este viernes, el SNAI precisó que los reclusos son de nacionalidad colombiana y fueron imputados por el atentado contra el político, aunque no explican las circunstancias de su deceso.
El presidente, Guillermo Lasso, que estaba en Estados Unidos por «temas personales» y tenía previsto emprender un viaje a Corea del Sur del 7 a 13 de octubre, anunció su regreso al país y convocó de manera urgente al Gabinete de Seguridad.
Este suceso tuvo lugar luego de que el ministro del Interior, Juan Zapata, informara en la tarde de ayer que estaba listo el informe sobre los supuestos responsables del atentado contra Villavicencio.
Villavicencio fue asesinado el pasado 9 de agosto, después de salir de un acto de campaña en la capital ecuatoriana, en un ataque donde varias personas resultaron heridas.
Tras el hecho, el gobierno de Colombia rechazó de manera vehemente el asesinato del candidato a la presidencia, reafirmó su solidaridad al pueblo ecuatoriano y expresó su confianza en la fortaleza de las instituciones de la hermana nación para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
En prisión provisional por su presunta relación con el crimen se encontraban 13 personas, entre ellas seis del grupo de siete colombianos que presuntamente estuvieron involucrados en la ejecución del crimen.
Esta es la segunda vez en dos años que varios colombianos están involucrados directamente con un magnicidio.
El primero fue el 7 de julio de 2021, cuando el entonces presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado en su residencia de Puerto Príncipe en un ataque armado perpetrado por un comando de 26 mercenarios colombianos (militares en retiro), de los cuales 18 guardan prisión.
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