Los dos candidatos declarados al puesto son el líder de la mayoría de la Cámara Baja, Steve Scalise (Luisiana) y el presidente del Comité Judicial, Jim Jordan (Ohio), pero ninguno es un claro favorito.
La búsqueda del reemplazo de McCarthy -quien dejó la puerta abierta a una segunda candidatura- es una tarea que apremia para un Congreso, casi paralizado y con cuestiones pendientes como la extensión del financiamiento del gobierno federal para que continúe funcionando más allá del 17 de noviembre, cuando vence el plazo.
En estos momentos la división es evidente en la Cámara Baja donde solo ocho de los 221 congresistas republicanos en ese hemiciclo, todos pertenecientes a la línea dura del partido, lograron crear las condiciones para expulsar a McCarthy.
El exmandatario Donald Trump declaró en Truth Social su apoyo público a Jordan de quien dijo que “será un GRAN presidente de la Cámara (de Representantes)».
Sin embargo, hay un grupo de congresistas que quieren a Scalise porque consideran que tendría una mejor relación de trabajo con el líder republicano del Senado, Mitch McConnell (Kentucky), lo cual resultaría más favorable para perfeccionar los proyectos de ley que deben aprobarse.
La Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen una ajustada mayoría, aprobó el pasado 3 de octubre la histórica moción que derrocó a McCarthy y este miércoles se prevé que elijan su reemplazo.
Se espera que no sean necesarias 15 rondas de votaciones, como ocurrió en enero cuando la elección del republicano de California.
Debemos cambiar la atmósfera envenenada en Washington, dijo el presidente Joe Biden al pedir el fin del caos lo más rápido posible.
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