En la red social X (antes Twitter), Lula corroboró que habló por teléfono con Herzog y agradeció el apoyo para la operación de retirada de los brasileños, en esa zona de contienda bélica, que desean regresar a su país.
También expresó su solidaridad con los familiares de las víctimas y solicitó todas las iniciativas posibles para que no falte agua, luz y medicinas en hospitales.
«No es posible que los inocentes sean víctimas de la locura de aquellos que quieren la guerra. He hecho un llamamiento por un corredor humanitario para que las personas que quieran salir de la Franja de Gaza por Egipto tengan seguridad», señaló.
La víspera, el fundador del Partido de los Trabajadores llamó a la comunidad internacional a intervenir para frenar la situación de los niños que están en la línea de fuego en el conflicto palestino-israelí.
«Es necesario que (movimiento) Hamás libere a los niños israelíes que han sido secuestrados de sus familias. Es necesario que Israel cese el bombardeo para que los niños palestinos y sus madres abandonen la Franja de Gaza a través de la frontera con Egipto», rasgueó el exsindicalista en una plataforma digital.
Consideró «necesario que haya un mínimo de humanidad en la locura de la guerra. Es urgente una intervención humanitaria internacional. Es urgente un alto el fuego en defensa de los niños israelíes y palestinos», remarcó.
Apuntó que Brasil, en su calidad de miembro temporal del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, hará todo lo posible para lograr un cese inmediato y definitivo del enfrentamiento armado.
La nueva escalada de violencia comenzó el sábado por una ofensiva sin precedentes en los últimos 50 años lanzada por el ala militar del movimiento Hamás contra ciudades situadas en su mayoría en zonas ocupadas desde hace 75 años por Tel Aviv, en Cisjordania.
Sin embargo, denuncian movimientos populares y sindicatos en Brasil, la respuesta del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue también violenta, sin antecedentes.
Netanyahu sitió la Franja de Gaza donde viven 2,2 millones de palestinos.
El Gobierno de Israel bloqueó el acceso impidiendo la llegada de alimentos y medicinas, además de cortar el suministro de agua y luz de la región, que permanece bajo intenso bombardeo, matando civiles, entre mujeres y niños.
Casi 200 mil palestinos dejaron sus casas en la franja, un territorio de 41 kilómetros de largo y 10 de ancho entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo.
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