De esa cifra 48 se reportaron en la Franja de Gaza y 63 en Cisjordania, detalló un gráfico divulgado en su sitio web por la oficina de la OMS en los territorios palestinos.
Del 7 al 15 de octubre, los bombardeos israelíes contra el enclave costero mataron a 12 trabajadores de la salud, aunque otros reportes indican tres más, señaló.
Además, explicó que las incursiones aéreas contra esa región dañaron 22 ambulancias y 24 instalaciones médicas.
En su cuenta en X (antes Twitter) la oficina detalló que cuatro hospitales en el norte de Gaza ya no funcionan como resultado de los daños y 21 más recibieron órdenes de evacuación por parte del Ejército israelí.
“La evacuación forzosa de hospitales puede constituir una violación del derecho internacional humanitario”, alertó.
La OMS condenó ayer la medida al señalar que podría ser una sentencia de muerte para miles de pacientes.
“La evacuación forzosa de pacientes y trabajadores sanitarios empeorará aún más la actual catástrofe humanitaria y de salud pública” allí, aseguró en comunicado.
Las vidas de muchos enfermos frágiles están en juego: aquellos en cuidados intensivos o que dependen de soporte vital, los sometidos a hemodiálisis, los recién nacidos en incubadoras, las mujeres con complicaciones del embarazo y otras personas que enfrentan un deterioro inminente de su condición, subrayó.
La OMS advirtió que pese a las amenazas de deportación “los centros de salud en el norte de Gaza siguen recibiendo una afluencia de pacientes heridos y tienen dificultades para funcionar más allá de su capacidad máxima”.
Algunas personas están siendo atendidas en los pasillos y al aire libre en las calles aledañas debido a la falta de camas de hospital, lamentó.
Ante esa situación, apuntó, obligar a más de dos mil pacientes a trasladarse al sur, donde las instalaciones sanitarias ya funcionan a su máxima capacidad y no pueden absorber un aumento espectacular del número de pacientes, podría equivaler a una sentencia de muerte.
Destacó que los trabajadores de la salud se enfrentan a una elección angustiosa: “abandonar a los pacientes críticamente enfermos en medio de bombardeos israelíes, poner en riesgo sus propias vidas mientras permanecen en el lugar para tratarlos, o poner en peligro la vida de sus pacientes al intentar transportarlos a instalaciones que carecen de capacidad para recibirlos”.
Sin embargo, resaltó que los médicos y especialistas optaron, en su inmensa mayoría, por quedarse atrás y honrar sus juramentos como profesionales.
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