Durante la presentación virtual del informe Propuesta de Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) enfocado en Mujeres, Muschett subrayó que de no contar con instrumentos para conocer cómo las mujeres experimentan la pobreza difícilmente se podrá reportar el progreso comprometido en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número uno.
Por su parte, la directora de la Iniciativa de Desarrollo Humano y Pobreza de Oxford, Sabina Alkire, refirió que no se trata de medir la pobreza solamente, sino crear una herramienta de política pública con la meta de reducir este mal social.
La versión ideal del IPM con enfoque en mujeres se estructura en torno a cinco dimensiones: Salud y violencia, Educación y acceso a las TIC, Trabajo, Vivienda y acceso a servicios básicos, y Derechos económicos y participación.
Para ello el PNUD propone tres estrategias en la medición multidimensional de la pobreza: la integración de indicadores sensibles al género en los IPM existentes y uno particular hacia las mujeres; y el análisis desde esa perspectiva.
Se trata de propuestas posibles a aplicar a los contextos global, regional, y los nacionales o locales, explica el informe presentado el 10 de octubre.
Entre las conclusiones del texto, es que la pobreza multidimensional en mujeres es mayor en las zonas rurales en 10 países objeto de estudio, y en cinco la feminización del IPM es mayor que la pobreza por ingresos.
El texto recomienda que para garantizar la inclusión de un enfoque intergeneracional e interseccional en la medición de las dimensiones de la pobreza existen importantes variables a tener en cuenta.
Asegurar la desagregación de datos como la edad, etnia, condición de discapacidad, área geográfica, identidad de género, orientación sexual, religión, estatus migratorio, nacionalidad, nivel de ingresos, maternidad, edad de las personas dependientes.
Datos fundamentales para analizar en profundidad cómo algunas privaciones se entrecruzan para las féminas.
Refiere el estudio que otros elementos importantes están relacionados con uso del tiempo, violencia, y salud sexual y reproductiva son fundamentales y relevantes en el análisis de la pobreza en mujeres.
Ademas, conmina a las autoridades estadísticas a evaluar la oportunidad de incluir nuevas preguntas en las encuestas de hogares que permitan medir estos aspectos y, en algunos casos, valorar el uso de registros administrativos para obtener esta información.
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