Un comunicado conjunto expresó grave preocupación por la orden israelí de que más de un millón de palestinos abandonen sus hogares, en contravención del derecho internacional, de ahí el pedido a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a detener la catástrofe “antes de que sea demasiado tarde”.
El texto subrayó la necesidad apremiante de evitar una escalada y consideró que una invasión de Tel Aviv sin duda entrañaría un gran número de víctimas civiles, entre ellas mujeres y niños, lo que podría conducir a un genocidio de proporciones sin precedentes.
“Al pedir a la comunidad internacional que esté a la altura de los principios compartidos de humanidad y justicia, tanto LAS como la UA subrayaron el imperativo de una acción colectiva para prevenir de inmediato una agresión prolongada contra los palestinos”, agregó.
En ese sentido, demandaron un esfuerzo internacional concertado para proporcionar asistencia básica y ayuda humanitaria urgente a 2,2 millones de palestinos sin acceso a agua potable, electricidad y el casi colapso del sector médico.
Además de solicitar abrir un corredor humanitario para proporcionar asistencia básica a la población de Gaza y rescatar a los heridos, ambas organizaciones rechazaron la aplicación de castigos colectivos.
Destacaron que, en última instancia, una solución política basada en la visión de dos Estados es la única manera de garantizar la paz y la seguridad para todos los pueblos y Estados de la región, concluyó la nota.
El comunicado es resultado de una reunión entre el presidente de la UA, Moussa Faki Mahamat, y el secretario general de la LAS, Aboul Gheit, el domingo pasado en Egipto para abordar “la situación cada vez más catastrófica en los territorios palestinos ocupados”.
Así definió esta última Mahamat en su cuenta de la red social X, anteriormente Twitter, al referirse al encuentro con Gheit en Egipto durante el cual reiteró la posición de la UA de preocupación por el aumento de las hostilidades entre israelíes y palestinos con graves consecuencias para las vidas civiles.
La nueva ola de violencia comenzó el 7 de octubre pasado, cuando milicianos del Movimiento de Resistencia Islámica atacaron al vecino país, en lo que consideraron una respuesta a la escalada de crímenes israelíes contra el pueblo palestino.
Más de mil 300 personas perdieron la vida durante esa incursión, que sorprendió al Ejército y a los estamentos de seguridad. En represalia, Israel comenzó una ola de bombardeos en la Franja de Gaza sin precedente en la historia de este conflicto, que provocó una grave crisis humanitaria.
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