«El ataque al Hospital Baptista Al-Ahli es una tragedia injustificable; las guerras no tienen ningún sentido, vidas perdidas para siempre, hospitales, casas, escuelas construidas con tanto sacrificio destruidas en instantes», escribió Lula en la red social X (antes Twitter).
Señaló que repetía este llamamiento, «los inocentes no pueden pagar por la locura de la guerra».
La agresión contra el centro sanitario fue el más sangriento en 15 años y mató a más de 500 personas entre médicos, enfermeras, personal, pacientes y miles de civiles que estaban acogidos en el local.
El Gobierno de Israel negó la autoría del ataque aéreo al hospital y afirmó que el bombardeo fue un intento fracasado de la organización Jihad Islámica Palestina.
Por su parte, ese grupo también rechazó alguna responsabilidad en la embestida por medio de un portavoz, al comunicar que «no hubo ninguna operación de las Brigadas Al-Quds (brazo armado de la organización) en el área», en entrevista concedida al diario estadounidense New York Times.
Desde el inicio del conflicto entre Israel y el ala militar del movimiento palestino Hamás, Lula se mantiene activo criticando ataques masivos y la muerte de civiles en el enfrentamiento en el Oriente Medio.
Su postura está vinculada al cargo ocupado por Brasil de presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Ante la tragedia en la clínica, Mahmoud Abbas, líder palestino, declaró tres días de luto por las víctimas y acusó a Israel del ataque, calificándolo de masacre militar.
Inesperadamente, Hamas lanzó el 7 de octubre una ofensiva sin precedentes contra ciudades situadas en su mayoría en zonas ocupadas desde hace 75 años por Tel Aviv, en Cisjordania.
En respuesta a esa arremetida, el Ejército israelí puso en marcha la operación Espadas de Hierro y lanza varias oleadas de ataques aéreos sobre Gaza.
Por el momento, los bombardeos en el enclave causaron al menos dos mil 800 palestinos muertos y unos 10 mil heridos.
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