En un mensaje el primer ministro chino, Li Qiang, rememoró que hace 45 años se trazó el curso para la coexistencia pacífica y la amistad duradera entre ambos en términos legales con énfasis en la oposición al hegemonismo.
«Las relaciones entre China y Japón han logrado avances arduamente ganados, lo que ha mejorado el bienestar de los dos pueblos y ha contribuido a la paz, la estabilidad y la prosperidad regionales y mundiales», agregó.
Li apuntó que Beijing está dispuesta a trabajar con Tokio «para revivir el espíritu del tratado, mantener el rumbo en la dirección de las relaciones bilaterales y comprometerse a construir relaciones entre China y Japón adecuadas a los requisitos de la nueva era».
En un mensaje similar, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo que el tratado estipula el desarrollo de relaciones bilaterales con paz y amistad duraderas, lo que ha servido como guía para las dos partes, ha sentado las bases para el crecimiento de los lazos bilaterales y ha salvaguardado y avanzado su relación pacífica y amistosa.
El tratado de 1978 marcó en forma legal la orientación general de la coexistencia pacífica y amistad entre China y Japón y confirmó los postulados de la Declaración Conjunta Sino-Japonesa que se había firmado en 1972.
Este documento aborda temas sensibles de los vínculos bilaterales como son las responsabilidades de Tokio en la guerra contra el gigante asiático y el respeto al principio de una sola China.
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