De acuerdo con el reporte Ecosistema Urbano 2023, elaborado por esa agrupación ambientalista, la ciudad de Trento es la que en este año presentó mejores indicadores, seguida por las de Mantua y Pordenone, mientras Roma, capital del país, fue relegada al lugar 89.
Entre las que mostraron los peores resultados se encuentran las ciudades de Caltanissetta, Catania y Palermo, de la sureña región isleña de Sicilia, las cuales ocuparon los puestos del 103 al 105.
La norteña Milán, en la región de Lombardía, aparece en el puesto 42, un retroceso de cuatro posiciones en relación con el pasado año, mientras Florencia y Génova se colocaron en el 53 y el 58, respectivamente.
Se observaron mejoras lentas y progresivas, tales como el aumento del porcentaje de recogida selectiva de residuos, que pasó del 4,4 por ciento en 1994 a los 62,7 puntos porcentuales, pero persisten graves problemas como el de una alta tasa media de motorización, entre las más altas de Europa, con 66,6 automóviles por cada 100 habitantes.
Por otra parte, creció la producción global de residuos y pasó de una media per cápita de 455 kilogramos por año en 1994 a 516 en la actualidad, y el transporte público sigue lejos de las medias europeas, con solo 65 viajes per cápita al año, cifra inferior a los 97 registrados en 1995.
Los grandes centros urbanos tendrán dificultades para responder a las emergencias urbanas, con una alta contaminación ambiental en ciudades como Turín, Milán, Bolonia y Florencia, además de un elevado tráfico en Catania y Roma, dificultad con el sistema de transporte público en la capital italiana y Catania, aprecia el análisis.
Se suman a estos problemas los de la recolección de residuos en Palermo, Catania, Venecia, Florencia y Roma; las fugas de agua potable en Florencia, Catania y Bari, así como una limitada difusión de la energía solar térmica y fotovoltaica en Nápoles, Palermo, Turín y en esta capital, agrega la fuente.
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