La 147 Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP), dedicada a la acción por la paz, la justicia y las instituciones sólidas, llegó a su cita en la capital de Angola sin incorporar en su agenda la escalada en el conflicto en la Franja de Gaza.
La víspera varias delegaciones solicitaron abordar el tema como un punto de emergencia y entregaron sus propuestas, las cuales tocaban el mismo asunto desde perspectivas diferentes.
De un lado la iniciativa denominada Detener la guerra y las violaciones de los derechos humanos en Gaza, respaldada por Argelia y Kuwait, en nombre del grupo de países árabes; además de Indonesia, Irán y Sudáfrica, este último en nombre del grupo de naciones africanas.
Del otro, Hacia un terreno común para la paz, auspiciada por Canadá, Argentina, Austria, Croacia, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido.
De acuerdo con el reglamento de la UIP, ambas propuestas se llevaron a votación para determinar cuál sería incluida en la agenda, pero a pesar de que la primera alcanzó un mayor respaldo (607 a favor por 539 la segunda) quedó fuera del debate, pues no logró los dos tercios necesarios para ello.
Tampoco llegó a la cifra la segunda opción, de manera que la situación en la Franja de Gaza no figurará en el programa de debates, concluyeron los integrantes del Ejecutivo de la UIP basados en el «respeto a los reglamentos y la democracia”, según declaró el presidente, Duarte Pacheco.
La decisión provocó airadas protestas de las delegaciones de Argelia e Irán, quienes cuestionaron los mecanismos establecidos y la transparencia del proceso.
¿Por qué si la mayoría votó por abordar el asunto este queda fuera del plenario?, criticaron varios parlamentarios que respaldaban la iniciativa.
¿Por qué si el tema central de la Asamblea de la UIP es la paz, queda fuera uno de los principales conflictos actuales, que además todas las partes mostraron interés en abordar, aunque fuera desde perspectivas diferentes; acaso no existe una fórmula para alcanzar consenso?, son preguntas que desde fuera podría formular cualquiera.
Varios parlamentarios acusaron al saliente presidente de la UIP de mover las fichas a favor de sus opiniones personales.
El cuestionamiento tomó base en el discurso del parlamentario portugués durante la inauguración del evento, cuando en lugar de mantener una posición neutral sobre el asunto fue completamente parcial a favor de Israel, prácticamente ignorando el sufrimiento por décadas del pueblo palestino.
Sus palabras motivaron el abandono en pleno de las delegaciones de los países árabes, quienes salieron de la ceremonia y solo regresaron cuando Pacheco había concluido.
Todavía este martes, durante el Foro de Jóvenes Parlamentarios ocurrió otra situación similar, pues al dirigirse al auditorio el presidente de la UIP hizo alusión a la necesidad de diálogo, de respeto, paz y tolerancia; algo que en opinión de un representante de Argelia contrasta con su discurso de la víspera.
Eso es doble moral, increpó, y añadió que su actuación en este escenario quedaría como una vergüenza en su carrera política. Mañana, cuando vuelvan a abrir los debates de la Asamblea, el genocidio contra el pueblo palestino estará presente a pesar de que no conste como un punto del programa, así lo hicieron notar los parlamentarios que defendieron la propuesta.
Lo que no podrá ser borrado es la incapacidad de la actual UIP para encontrar un camino en medio de un asunto claramente espinoso, aunque convenientemente se ignore bajo el argumento del respeto a los reglamentos.
La realidad es que frente a una propuesta edulcorada que minimiza el despojo, la violencia y el genocidio de un pueblo entero, la mayoría respaldó la versión cruda, esa que pide el cese de las violaciones de los derechos humanos en una Palestina ya casi inexistente.
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