El reporte citó la creciente resistencia a los medicamentos en África oriental que obstaculiza la lucha contra esta enfermedad.
De acuerdo con los estudiosos, el tratamiento de la malaria en esa zona enfrenta un desafío importante, pues los parásitos comenzaron a desarrollar resistencia a la artemisinina, principal componente para tratar este mal.
La terapia combinada basada en la artemisinina es un tratamiento muy eficaz para casos no graves desde principios de la década de 2000.
Con la reciente aparición de resistencia parcial a la artemisinina en los países de África oriental, Ruanda, Uganda y Eritrea se generan importantes preocupaciones.
Plasmodium falciparum, el parásito responsable de la forma más peligrosa de la malaria, se transmite a los humanos a través de las hembras de los mosquitos Anopheles.
El tratamiento de este parásito se basa principalmente en la administración de medicamentos a base de artemisinina en combinación con un fármaco antipalúdico complementario.
La propagación de cepas resistentes a los medicamentos podría hacer que sea mucho más difícil controlar la malaria, señaló el estudio.
Sin embargo, se realizan esfuerzos para desarrollar nuevos medicamentos y estrategias de tratamiento para combatir las cepas del parásito de la malaria resistentes a la artemisinina.
En noviembre de 2022, la Organización Mundial de la Salud lanzó una nueva estrategia para responder a la resistencia a los medicamentos contra la malaria en África.
Los investigadores señalaron que es fundamental continuar usando la artemisinina en combinación con otros fármacos y monitorear la propagación de cepas resistentes a los medicamentos.
Además, medidas como los mosquiteros tratados con insecticida y la fumigación residual en interiores son fundamentales para controlar la enfermedad.
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