La maestra Aurora Bosch, una de las cuatro joyas del arte en puntas en la nación caribeña, y el primer bailarín Dany Hernández, recibieron el reconocimiento en nombre de la compañía de manos del miembro del Buró Político y secretario general de la organización, Ulises Guilarte de Nacimiento.
En la ceremonia, las bailarinas y maestras María Elena Llorente y Aurora Bosch, el coreógrafo Alberto Méndez y el diseñador Salvador Fernández fueron condecorados con la Orden Lázaro Peña de Primer Grado, otorgada por el presidente de la República de Cuba a propuesta de la CTC.
Otras figuras con una notable trayectoria vinculada a la agrupación recibieron igual condecoración en su Segundo Grado: la primera bailarina Anette Delgado, la profesora Miriam Vila, el directivo Redento Morejón, el diseñador Ricardo Reymena y la maestra Svetlana Ballester.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, por su parte, confirió la distinción Raúl Gómez García a Heriberto Cabezas, Ernesto Pérez, Roger Casteleiro, Linnet González y Gloria Farrel.
En su intervención, la secretaria general de esa organización, Katia Rodríguez, destacó la articulación del Ballet Nacional de Cuba con los obreros cubanos y su movimiento sindical.
Sobre los históricos lazos existentes entre la CTC y la compañía cubana, Patrimonio Cultural de la Nación, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso expresó en una entrevista:
«Admiré a muchos dirigentes sindicales, eran compañeros que defendían con fuerza los intereses de los trabajadores. Siempre se ha dicho que el arte no tiene patria, pero los artistas sí. Por eso nunca nos quedamos nada más que en el arte que entregábamos en los escenarios, esa es nuestra primera función, pero no la única. Asistimos a congresos y asambleas donde planteamos inquietudes de nuestros artistas».
En esa oportunidad, Alicia añadió sobre su condición de Heroína del Trabajo: «(…) de todos los reconocimientos y premios que he recibido, ese es uno de los más grandes. Me lo otorgaron a mí, pero creo se lo merecían también otros muchos compañeros, los que trabajamos por hacer esta compañía. Este ha sido el sueño de muchas personas».
Diversos homenajes le dedican instituciones y pueblo al Ballet Nacional de Cuba, admirado en su tierra y en cualquier lugar del mundo, que acaricia sus prodigiosos pies.
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