Se trata de una rama de la Biología que estudia las relaciones entre los seres vivos y el entorno que los rodea, impulsando actuaciones que contribuyan a la sustentabilidad del medio ambiente y de la Tierra, y a mejorar la calidad de vida presente y futura.
Entre estas acciones están: optimizar las formas de producción, consumo y energía de productos y servicios bajo criterios ecológicos, manejo de los residuos generados, y conservación del agua.
De acuerdo con los expertos, es de vital importancia impulsar la labor conjunta de la sociedad civil, organismos internacionales, y los sectores público y privado, para forjar un cambio de paradigma que apunte hacia una economía circular.
Con ello pretender fomentar la armonía del desarrollo humano con el ambiente, de una forma sustentable y sostenible.
En este contexto, los ecólogos recomiendan estimular las prácticas de agricultura ecológica para reducir la contaminación, conservar el agua y consumir menos energía, incentivar el cultivo de frutas y verduras sin conservantes ni aditivos de origen químico, y promover la generación de huertas y jardines ecológicos.
También adquirir productos cosméticos, de higiene personal y productos de limpieza ecológicos, los cuales no han sido elaborados con derivados del petróleo, beneficiando la salud.
Además, apoyar la moda sostenible de calzado, ropa, accesorios y complementos, utilizar los vehículos de transporte de manera responsable y racional e incentivar a las empresas de producción de artículos e insumos a implementar acciones que eviten las emisiones y residuos que generen un impacto medioambiental.
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