Tan pronto trascendió al público, la propuesta fue rechazada por activistas políticos, de derechos humanos y público en general que la calificaban de evidente extravagancia durante una fase de grave crisis económica.
La economía de Nigeria, el país más poblado de África y primer productor de petróleo del continente, sufre de inflación galopante y de una corrupción administrativa que la complica aún más.
El presidente nigeriano, Bola Tinubu, fue electo en los comicios de febrero pasado, impugnados sin éxito en dos ocasiones por sus más cercanos contrincantes, Atiku Abubakar y Peter Obi.
Durante su campaña proselitista Tinubu prometió reducir el despilfarro en el gasto gubernamental y aliviar las dificultades financieras de la población, pero en un presupuesto suplementario para el año fiscal 2023-2024, propuso la adquisición de la nave.
Los legisladores proponen multiplicar por dos la cifra inicial y crear un fondo para préstamos estudiantiles.
Tras el rechazo legislativo, portavoces gubernamentales salieron a la palestra para aclarar que la propuesta compra de la nave partió de la Marina de Guerra, que la fundamenta en necesidades operacionales.
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