El último ataque del exjefe de la Casa Blanca contra el juez Arthur Engoron, que ya declaró a Trump, a sus dos hijos adultos y a su imperio familiar (la Organización Trump) responsables de fraude, también sirvió como un golpe preventivo antes del esperado testimonio del propio exgobernante el próximo lunes.
La montaña legal de Trump se le viene encima en un año electoral en el que, como una cuestión si precedentes, el principal candidato de los republicanos tendrá que pasar el tiempo en los tribunales en lugar de hacer campaña.
Los hijos del exmandatario (2017-2021), a quienes puso a cargo de su empresa de bienes raíces cuando asumió la presidencia, como que en sus testimonios se lavaron las manos y dijeron que, pese a sus posiciones de autoridad, tenían muy poco que ver con los estados financieros de su padre, que se utilizaban para obtener préstamos para la empresa.
“Es muy triste ver a mis hijos siendo PERSEGUIDOS en una caza de brujas política por este juez del estado de Nueva York que busca publicidad fuera de control, en un caso que NUNCA debería haberse presentado”, publicó el exocupante del Despacho Oval en su Truth Social.
Donald Trump Jr. compareció para ofrecer detalles acerca de su participación en los registros financieros de la empresa que están en el centro de la demanda por 250 millones de dólares presentada a partir de la investigación de la Oficina del Fiscal General de Nueva York.
Trump Jr. y su hermano Eric están acusados en la demanda de participar conscientemente en un plan para inflar el patrimonio neto de su padre con el objetivo de obtener beneficios económicos en materia de préstamos y pólizas de seguro.
La hija Ivanka Trump también figura en la investigación y está citada para testificar el 8 de noviembre, dos días después que el padre.
Si bien el caso es civil (y no penal), amenaza los negocios del exmandatario (2017-2021) en Nueva York, en especial algunos significativos como la Torre Trump.
La semana pasada el exocupante del Despacho Oval fue multado por incumplir la orden de silencio.
Sin embargo, en un mensaje en su plataforma Trump exigió al juez del caso que deje “en paz a sus hijos” y dijo que el proceso es inventado.
“Este juicio amañado, llevado por la racista fiscal general del Estado de New York, Letitia James, ante el Juez que odia a Trump, Arthur Engoron” nunca debió efectuarse», expresó.
También le tiró al “testigo estrella”, el abogado Michael Cohen a quien, según dijo, mucha gente considera un SleazeBag (basura) y como era de esperar al final consideró que “no hay ninguna víctima (¡excepto yo!)».
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