Según las fuentes, dos ataques fueron reportados en horas recientes, el primero fue perpetrado con cohetes contra los uniformados del Pentágono que ocupan el aeropuerto agrícola de Kherab Jir, en la provincia nororiental de Hasakeh.
La autodenominada Resistencia Islámica en Iraq reivindicó la acción y aseguró que los cohetes impactaron contra los blancos fijados dentro de la base.
Otro bombardeo fue realizado con cohetes y drones contra las instalaciones de las tropas norteamericanas al sur de la ciudad de Shaddadi en la misma gobernación de Hasakeh.
Durante la semana pasada, similares acciones fueron perpetradas contra los militares norteamericanos desplegados en los campos petroleros y gasíferos de Al-Omar y Koniko en la provincia nororiental de Deir Ezzor, y la zona de Tanef cerca de las fronteras con Iraq y Jordania.
Los bombardeos con misiles y drones contra los objetivos de Estados Unidos en Siria se incrementaron notablemente desde el inicio de la guerra israelí contra la Franja de Gaza el pasado día 7 de octubre, y fueron reportados al menos 25 incursiones.
El portavoz del Pentágono, el general Pat Ryder, admitió recientemente que un contratista murió y otros 21 soldados resultaron heridos en estas acciones.
Los ataques ocurren en medio de una escalada israelí contra los palestinos en la Franja de Gaza y después del envío de dos portaaviones por parte de Estados Unidos al mar Mediterráneo oriental, en medio de alertas sobre la regionalización del conflicto.
Washington mantiene alrededor de 15 bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en Siria incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
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