Tras la alerta de la alta comisionada adjunta de la ONU para los derechos humanos, Nada Al-Nashif, sobre las crecientes tensiones en el país y su posible impacto en el desarrollo del proceso electoral, varios organismos e instituciones han manifestado sus intenciones de acompañarlo.
Entre los más recientes se encuentran la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC), bloque regional al que pertenece la RDC y que sostuvo una reunión cumbre extraordinaria en Luanda el pasado 4 de noviembre, centrada en la situación de inseguridad que vive esta nación.
La SADC, además de adoptar detalles sobre la movilización de una fuerza para contribuir a la paz del territorio, ratificó el apoyo a las elecciones congoleñas mediante el despliegue de la Misión de Observación Electoral.
También la Unión Europea enviará un equipo de trabajo a los comicios presidenciales, el cual estará dirigido por la eurodiputada sueca Malin Bjork, y contará con 13 expertos electorales.
El grupo debe llegar a Kinshasa en este mes y se reforzará a finales de mes con 42 observadores a largo plazo.
El fin de semana demostró que las preocupaciones podrían convertirse en realidades en los próximos días, pues el sábado la comitiva del candidato Martin Fayulu fue atacada en Tshikapa, en la provincia de Kasai, por individuos no identificados.
Según algunos testigos fueron activistas de un partido político quienes llevaron a cabo el acto, en un intento de impedir el mitin de Fayulu.
Ante el Consejo de Derechos Humanos la comisionada Nada Al-Nashif instó a las autoridades de RDC a que velen por que el proceso electoral sea “libre, justo, no violento, transparente e inclusivo”, algo con lo que se comprometió el ministro de Derechos Humanos congoleño, Albert Fabrice Puela.
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