Debido a los combates entre el Ejército sudanés y las denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), el país sufre la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo con tres millones de niños en esta situación.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) los niños siguen siendo los más afectados por la violencia y unos 14 millones en Sudán necesitan urgentemente ayuda humanitaria.
Asimismo, el fondo registró más de tres mil 100 violaciones graves contra los niños, que incluyen asesinatos, mutilación o violencia sexual.
La agencia de la ONU también advirtió respecto a la amenaza inminente de enfermedades, falta de vacunas y desnutrición, entre otros muchos males que los afectan.
La guerra en Sudán deja ya cerca de nueve mil muertos, la mayoría civiles, y alrededor de siete millones de desplazados en el mismo país o que buscaron refugio en los vecinos, sobre todo en Egipto y Chad.
Los enfrentamientos estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST), al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se disputan el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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