El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales indicó que tal cifra representa que cerca de nueve mil un kilómetro cuadrado del bosque fue deforestado en esa etapa.
Tales estadísticas están avaladas por el Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter), que produce señales diarias de alteración en la cobertura forestal para áreas mayores de tres hectáreas (0,03 kilómetros cuadrados (km²).
Las indicaciones ocurren para zonas totalmente deforestadas como para aquellas en proceso de degradación agreste (tala, minería, quema y otras).
El Deter no es el dato oficial de deforestación, sino alerta sobre dónde está ocurriendo el problema.
La devastación en la Amazonia aumentó bajo el Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022).
Por esa destrucción se responsabilizó a Bolsonaro, quien enfrentó críticas por su política a favor de la agroindustria y la minería en el pulmón del planeta, en detrimento de las reservas indígenas y el medio ambiente, y una reacción morosa frente a las quemas.
Cuando el exmilitar abrazó el poder, la Amazonia perdía siete mil 500 kilómetros cuadrado (km²) al año y dejó el puesto con una pauta de 11 mil 594 km².
Por estados, en el Amazonas -la división territorial con la mayor parte del bosque tropical- la deforestación cayó un 40 por ciento durante el tiempo evaluado y en la norteña Pará, otro 21 por ciento.
La herencia dejada por Bolsonaro y la destrucción de la selva, aliada a eventos climáticos extremos relacionados al calentamiento global, tienen a la región en jaque.
npg/ocs