Los líderes, cuyos partidos en conjunto obtuvieron la mayoría absoluta en las últimas elecciones, presentaron en una rueda de prensa en el Parlamento (Sejm) un acuerdo que calificaron de histórico.
Donald Tusk, líder de la principal formación política de la oposición, y candidato con más fuerza para formar Gobierno, se declaró dispuesto a asumir esa responsabilidad inmediatamente.
No obstante el presidente Andrzej Duda encomendó a su rival Mateusz Morawiecki, del ultraconservador Ley y Justicia (PiS), en funciones, la creación del nuevo Ejecutivo.
Pero, tras los resultados electorales, el PiS se muestra incapaz de conseguir apoyos que le otorguen la mayoría necesaria, por lo que Tusk encabezará un Gobierno de coalición integrado por más de una decena de formaciones de casi todo el espectro político y que deberá alcanzar compromisos en temas, como el aborto, en los que mantienen desacuerdos.
Aunque el texto completo del acuerdo aún no se ha hecho público, la prensa polaca lo difundió y expone, entre sus puntos más importantes, la voluntad de “fortalecer la posición de Polonia en la Unión Europea y la Alianza Atlántica (OTAN)”, así como “restaurar el orden jurídico, deteriorado por las acciones de nuestros antecesores”.
Además, se confirma la anulación de la sentencia del Tribunal Constitucional de 2020, que restringió el derecho al aborto hasta convertir en ilegal el 99 por ciento de los casos y el apoyo a procedimientos de fecundación in vitro. Asimismo, se anuncia la modificación del Código Penal para convertir en delito los discursos de odio contra la orientación sexual y las expresiones de género.
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