Según las fuentes, los blancos atacados se ubican en las inmediaciones de las ciudades de Al-Maydeen y Albukamal, a unos 500 kilómetros al nordeste de Damasco, y cerca de la frontera con Iraq.
Revelaron que un uniformado sirio y tres efectivos de las milicias aliadas de Damasco resultaron heridos en este bombardeo, además de ocasionar daños materiales.
El Mando Central de Estados Unidos (Centcom) confirmó los ataques aéreos, a través de un comunicado en la red social X, y alegó que esta medida se ha dado «en respuesta a las continuas provocaciones de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y sus grupos afiliados en Irak y Siria».
El día 9 de este mes, un almacén y dos posiciones del ejército sirio, usadas también por milicias aliadas, fueron bombardeadas en las cercanías de la calle Bor Saeed y cerca del aeropuerto, al este de la ciudad de Deir Ezzor.
Mientras, el 30 de octubre pasado, una agresión similar apuntó contra un convoy de camiones procedentes de Iraq, en la misma gobernación de Deir Ezzor.
Asimismo, el 26 de octubre un ataque del Pentágono se perpetró contra dos puntos del ejército sirio y sus aliados en la localidad de Al-Mayadeen.
Washington mantiene una quincena de bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación, y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en el territorio nacional incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
Los ataques contra esas bases aumentaron notablemente desde el comienzo de la agresión israelí contra la Franja de Gaza y causaron lesiones a al menos 45 militares estadounidenses.
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