«El fuego beneficioso no está exento de riesgos, pero lo que muestra el estudio es la durabilidad de los beneficios de esta estrategia crucial de reducción del riesgo», aclara un artículo publicado en la revista Science Advances.
El clima más cálido que vive hoy el planeta propicia una acumulación de hojas de árboles y maleza que alimentan incendios cada vez más destructivos.
Los siniestros prescritos y los forestales no planificados de baja intensidad tienen efectos similares en la reducción del riesgo, pues ambos eliminan los combustibles superficiales y los árboles de menor diámetro.
Esto ayuda a los bosques a conseguir una mezcla de árboles más resistente al fuego, impidiendo que los siniestros sean demasiado intensos.
Los beneficios de las quemas de baja intensidad para mitigar los riesgos dependen de una cuidadosa selección y orientación para así ofrecer la máxima protección a los seres humanos, comunidades y ecosistemas.
La eficacia –según los científicos- tiene como componente el mantenimiento continuo y periódico.
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