Según declaraciones del fiscal Simon B. Gnanou, los fallecidos son en su mayoría niños y ancianos de una aldea norteña de Burkina Faso y el hecho ocurrió en los primeros días de este mes.
Gnanou dijo que el caso continúa bajo investigación pero los perpetradores aún son desconocidos, y se investiga a partir de los hallazgos así como de testimonios de sobrevivientes.
A las autoridades policiales les tomó varios días para que un equipo de investigadores pudiera llegar al lugar, en el cual también encontraron decenas de casas incendiadas.
Burkina Faso registra un fuerte aumento de ataques armados en los últimos años, obra tanto de la filial de Al Qaeda como del Estado Islámico en la región, lo que llevó a la junta militar encabezada por Ibrahim Traoré a decretar en abril pasado una movilización militar general.
El deterioro de la seguridad provoca una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
La espiral de violencia desatada en este territorio por tales formaciones irregulares causó desde hace más de 12 años unas 10 mil 500 muertes y alrededor de dos millones de desplazados, según datos de organizaciones no gubernamentales.
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