La cita, que mantuvo alta expectativa en medios locales, tuvo lugar en la residencia Filoli, un acogedor paraje patrimonial de California, ubicado a unos 50 kilómetros de San Francisco, que ha servido de escenario para filmaciones de Hollywood.
Sin que trasciendan aún los detalles de este cara a cara, ocurrido justo a un año de uno anterior en Bali, Indonesia, en ocasión de la Cumbre del G20, el de este miércoles, quizás, estaría marcando algunos entendimientos en momentos de fuertes tensiones entre Washington y Beijing.
La reunión de este miércoles comenzó alrededor de las 11:00 am (2:00 pm, hora local, en Washington DC) cuando Biden esperó, sonriente, la llegada de su invitado a la entrada de la mansión.
Xi descendió del auto y caminó hacia el anfitrión que le extendió la mano y esperaron el tiempo justo de las fotos. Luego, en la sala donde transcurrirían las pláticas, ambas delegaciones hicieron declaraciones.
Empezaba así, en un ambiente aparentemente distendido, el esperado diálogo, pues hasta este momento no habían tenido otro tipo de contacto más allá del de Bali.
Xi viajó a San Francisco por invitación de Biden, a propósito de la cita de la reunión anual del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), que concluirá el viernes.
La creación de un futuro resiliente y sostenible para todos es el tema de este mecanismo que reúne en la urbe californiana a más de mil participantes, entre ellos los líderes de las 21 economías que integran el APEC.
Según algunos trascendidos, Biden y Xi sostuvieron un almuerzo de trabajo e hicieron un recorrido por los jardines de la casa que los acogió este 15 de noviembre.
Xi expresó al inicio que para dos grandes países como China y Estados Unidos, darse la espalda no es una opción.
Al cierre de esta nota se esperaba la conferencia de prensa -algo retrasada- de Biden.
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