“Señor Presidente, usted tiene el poder de sacar a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo. Cuba no es un país terrorista”, expresaron los firmantes.
Agrupados en la Red de Socios de Cuba (Cuba Partners Network), las iglesias recordaron que la administración de Barack Obama (2009-2017), de la cual Biden fue vicepresidente, retiró a la isla de esa lista en 2015 tras concluir lo que era obvio: no es un patrocinador del terrorismo.
Argumentaron que “de hecho, tenemos entendido que los gobiernos de Estados Unidos y Cuba han cooperado en asuntos antiterroristas en la región”.
Dijeron que son testigo “del estrangulamiento económico y las dificultades de nuestras iglesias asociadas y de la población cubana causadas por el embargo (bloqueo) de Estados Unidos” a causa de esa designación.
Se refieriron al reforzamiento del bloqueo por la reactivación, como advirtieron, del Título III de la Ley Helms-Burton de 1996, regulaciones más estrictas bajo la Administración de Donald Trump (2017-2021) y la reimposición de Cuba como país patrocinador del terrorismo.
Del 24 al 27 de octubre pasado, el CPN (por sus siglas en inglés) celebró un encuentro anual de socios de la iglesia con representantes pastorales y laicos cubanos.
“Escuchamos los últimos sufrimientos que sufren las familias de la iglesia y todos los cubanos como resultado de las regulaciones” que generan el estar incluidos en esa lista, pues se “afectan el financiamiento y las importaciones”, enfatizaron.
“Los cubanos no pueden importar medicamentos, insumos farmacéuticos ni equipos médicos; alimentos e insumos para la producción de alimentos; petróleo, insumos de energía y equipos, entre la amplia gama de necesidades diarias comunes cuya importación está prohibida”, argumentaron en la misiva.
El escrito mencionó a Biden una serie de historias tristes por el impacto de una injustificada inclusión, que da una vuelta de rosca al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de seis décadas al pueblo de la nación insular.
Lamentaron el efecto de la medida coercitiva sobre todo en la esfera de la salud pública en el tratamiento de pacientes con cáncer, en especial los niños y las afectaciones en la cotidianidad de la vida de los cubanos por la escasez de combustible.
Está claro que con esto están tratando de reducir “a polvo la economía cubana”, enfatizó la carta al insistir respetuosamente a Biden “que reconozca el terrible daño” que causa a los cubanos por lo que le sugirieron que “actúe de inmediato para eliminar a Cuba de la lista”. En enero de 2021, días antes de abandonar el cargo, Trump reincorporó a Cuba en la unilateral relación de Washington, sumando esa disposición a las más de 240 medidas adoptadas én su mandato por el republicano en su política de máxima presión contra Cuba.
Una línea de la cual, en su esencia, no se apartó hasta ahora el actual ocupante demócrata del Despacho Oval.
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