Viajes de aventuras y turismo de naturaleza incorporan a personas llegadas desde todas partes del mundo en busca de rincones, con un trayecto muy singular, incluso desde su nombre, Sendero Centinelas del Río Melodioso.
Maravilla verde, una simple frase que puede caracterizar lugares de incomparable belleza en la región central cubana. Espacios que hoy representan una oportunidad de deparar al descanso la mejor manera posible de emplearlo, la activa.
Para ello, existen dos senderos de mucha valía en la provincia de Villa Clara, el del curioso nombre Sendero Centinelas del Río Melodioso y el de Los Helechos.
Perfecto para la observación de formaciones geológicas, paisaje, flora y fauna, se convierte el viajero en centinela de ese río que se encuentra en el Parque Guanayara, camino con una dificultad establecida en media, a través de una distancia de dos mil 500 metros.
El Parque se ubica a unos 16 kilómetros del centro de Topes de Collantes, en plena Sierra del Escambray. Allí se encuentra la típica casa campesina, de donde se parte y adonde se regresa a almorzar; vivienda construida en los inicios del siglo XX por Vicente Sotelo Gómez, cafetalero español.
Radicado en el lugar, edificó además una familia, de ahí que en la actualidad se conozca el lugar como La casa de la Gallega, debido a Amada Sotelo La Gallega, descendiente de la familia con un legado del arte culinario de sus parientes y de la región.
Ese sendero te lleva por cruces sobre piedras y riachos, con belleza majestuosa del lugar, y el sonido melodioso del rio, hasta llegar al Salto del Rocío, donde los caminantes hacen alto.
Tal jornada permite andar de ida por una de las márgenes y regresar por la otra, con un almuerzo al estilo cubano al final, donde los viajeros se regocijan de las experiencias vividas.
El otro sendero, de los tantos que existen por el lugar programado para un turismo de naturaleza, es el de Los Helechos, con mil 330 metros de viaje y observación del rio, flora y avifauna.
Se aprecian Helechos Arborescentes (Cyathea arbórea) y de las aves abundan la Cartacuba (Todus multicolor), el Tocororo (Priotelus temnurus), el Negrito (Melopynnha nigra), el Zorzal (Turdus plumbeus) y más de 15 especies de bijiritas (Dendrica sp).
Saltos de agua y pocetas completan el panorama, además de tener un descanso en una casa de campesinos, con el apropiado café criollo y frutas de la región, para amortiguar la caminata.
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