Desde su primera edición en 2017 busca resaltar una de las primeras riquezas de este territorio y deja adornadas calles y avenidas, hace que propios y extraños disfruten de conciertos, presentaciones artísticas y participen en diferentes talleres.
Esta vez con el lema “Guatemala: País de la eterna primavera” vuelve a incluir un concurso de arreglos florales, instaló un mercado de venta del producto y en general convierte la localidad en una gran obra de arte.
Una de las atracciones principales resulta un pavo real gigante frente al ayuntamiento de la ciudad y la reconocida calle del Arco de Santa Catalina exhibe asombrosas iniciativas de distintos colores y tonalidades.
La Fuente de las Sirenas también se llenó de hermosas flores, balcones, calles, puertas, automóviles, bicicletas decoradas, restaurantes se suman a la celebración.
Las familias llegan para tomarse fotografías inolvidables, no solo este fin de semana que concluye el evento, sino durante noviembre, el mes de las flores en Antigua Guatemala.
El Festival atrae cada año alrededor de 500 mil visitantes, según datos del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat).
Es considerado un legado histórico para la comunidad y fue fundado por un grupo de emprendedores locales amantes de la cultura y el arte.
La historia recoge que Andrea Contreras promovió la idea por inspiración de los relatos de su abuela, a partir de lo cual crece la gente que comparte la ilusión y estas hermosuras chapinas.
A Antigua Guatemala le llaman románticamente La Ciudad de las Perpetuas Rosas, realmente porque esa flor predomina en los jardines y caminos de la ciudad.
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