En un audiovisual en su canal de Whatsapp, la vicemandataria explicó que el presidente Nicolás Maduro la instruyó a presentar graves evidencias sobre este magistrado de origen rumano, quien fue elegido el 9 de noviembre de este año entre otros miembros para ocupar un cargo en el importante tribunal de la ONU.
Rodríguez mostró un documento con los resultados de la elección en la Asamblea General de la ONU, en el que aparecen, además del juez de ese país europeo Bogdan-Lucian Aurescu, aspirantes de México, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Zambia, Egipto, Rusia y la República Democrática del Congo.
Lo curioso de esto, dijo la alta funcionaria, es que este juez siendo canciller de su país se dirigió al opositor venezolano y residente en el exterior Julio Borges, reconociéndolo como si fuera el ministro para Relacione Exteriores de la República Bolivariana.
Realmente una “situación muy grave”, su país ya “había reconocido a Juan Guaidó como supuesto presidente de Venezuela”, afirmó.
La vicemandataria consideró este “extremismo de la ilegalidad internacional”, en la que una banda de criminales que robó los activos del país, atentó contra el orden constitucional y agredió de “forma terrible a nuestro pueblo”.
Cuestionó como hoy Aurescu ocupa un puesto como juez en la CIJ y “puede de manera tan flagrante violentar la ley internacional y la Constitución» venezolana.
La también ministra de Economía, Finanzas y Comercio Exterior calificó este acto de “grosería y una barbaridad”.
Aseguró esa es la razón que debe entender el pueblo y de “nuestra postura histórica de no dejar a terceros, como estos, que en nada respetaron la carta magna venezolana y las leyes internacionales, la solución de la controversia territorial por el Esequibo».
Ya veníamos, del Laudo fraudulento de 1899, en el que unos jueces, “muy similar a lo podría estar pasando”, decidieron robar el territorio de la Guayana Esequiba para “dárselo a quien nunca le ha pertenecido”, expresó.
Subrayó que esa es la razón por la cual Venezuela ha mantenido su posición histórica de “no reconocer la jurisdicción obligatoria de la CIJ sobre esta controversia territorial”.
En días recientes, el presidente guyanés, Irfaan Ali, declaró la disposición de reunirse con su par venezolano para debatir cualquier tema, menos el vinculado a la disputa territorial, y reiteró que la Corte es “el lugar donde la controversia debe ser resuelta”.
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