Poco después el presentador Walter Cronkite, de la CBS, volvió a cortar las transmisiones para dar la trágica noticia de la muerte del 35 Presidente de Estados Unidos en un hospital. Tenía 46 años.
Conocido popularmente como JFK, dicen que era un hombre atractivo, elegante y carismático. Fue elegido como candidato a la presidencia en las elecciones de 1960 y logró imponerse frente al republicano Richard Nixon en una campaña muy apretada en la cual el país vivió el primer debate electoral televisado de su historia.
Seis décadas después del magnicidio todavía, en muchos aspectos, persiste el velo del misterio.
En septiembre, Paul Landis, un exagente del Servicio Secreto, contó a medios locales que cuando ocurrió el atentado tomó una bala del automóvil del presidente y la colocó sobre su camilla en el hospital.
El detalle aparece en el libro de memorias del exoficial -The Final Witness (El testigo final) – y según los estudiosos podría agregar más interrogantes a este capítulo aún inconcluso, uno de los mayores traumas nacionales de Estados Unidos.
Para el general de división retirado Fabián Escalante, el oficial cubano de mayor experiencia que estudió a profundidad el magnicidio, el autor intelectual fue “el gobierno invisible que mueve los hilos del poder en Estados Unidos, las grandes trasnacionales, el complejo militar-industrial”.
El también autor de varios libros -entre ellos, JFK: los archivos de Cuba (2006)-, afirmó que es necesario, cuando se hable de este hecho histórico, ubicarlo en contexto.
“Es imprescindible comentar el escenario político y operativo que vivía el mundo, Cuba y Estados Unidos”, dijo al referirse al asesinato de Kennedy.
La primera de esas experiencias fue la derrota sufrida en 1961 en las arenas de Playa Girón (a 195 kilómetros al este de La Habana), cuando las tropas cubanas dirigidas por Fidel Castro aplastaron en apenas 66 horas a las fuerzas mercenarias.
Aunque la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos en la costa suroccidental de Cuba “fue un proyecto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que no ideó el gobierno de Kennedy sino por el anterior, él fue quien dio la orden para ejecutarlo”, acotó Escalante.
Después de esa derrota, también fracasó la Operación Mangosta, el plan más importante que Estados Unidos llevó hasta entonces contra un país extranjero, el cual desde enero hasta agosto de 1962 produjo en Cuba cinco mil 780 actos de sabotaje, asesinatos y subversión.
Comentó sobre el escenario creado con la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles en ese propio año y como consecuencia de esta escalada agresiva de Estados Unidos, el inicio de la negociación con la entonces Unión Soviética.
Kennedy se percató de que estaba rodeado de halcones -apuntó-, uno de ellos le propuso hacer un bombardeo masivo sorpresivo sobre la isla, pero sin garantizarle que todos los misiles iban a ser destruidos, ello habría colocado al mundo al borde de una conflagración de consecuencias inimaginables.
JFK fue baleado frente a su esposa Jackie, que le acompañaba en la limusina presidencial por las calles de Dallas. A las 12:30, hora local, de aquel viernes fatal.
Escalante aseguró que a Kennedy lo mataron con cinco disparos. Dos fueron de frente: uno le dio en la garganta, otro en la cabeza y uno que le dio en la paletilla derecha, detalló el estudioso del tema.
Un cuarto disparo -explicó- le dio al gobernador de Texas John Connally Jr., que estaba sentado a su lado y hay un quinto que no alcanzó blanco.
Aunque Lee Harvey Oswald (asesinado dos días después del magnicidio) fue señalado como el ejecutor, Escalante afirmó que eso no fue obra de un asesino solitario porque “las investigaciones oficiales tienen pruebas fehacientes de que se disparó en cinco ocasiones para matarlo”.
Estados Unidos posee, además, una historia de magnicidios. Kennedy fue el cuarto presidente que murió violentamente, antes corrieron igual destino Abraham Lincoln (1861-1865), James A. Garfield (marzo a septiembre de 1881) y William McKinley (1897-1901).
JFK nació el 29 de mayo de 1917 en Brookline, Massachusetts. Sus padres Joseph, un empresario exitoso y líder de la comunidad hiberno-estadounidense y Rose, hija de John Fitzgerald, una figura política destacada de Boston.
Fue el segundo de nueve hermanos y un dato curioso es a la calificación de su graduación escolar la acompañó la mención: «El que tiene más probabilidades de llegar a presidente».
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