Francis se reunió con representantes gubernamentales, de partidos políticos y de la sociedad civil y les reiteró que la comunidad internacional no olvida a Haití, al tiempo que escuchó a las diversas partes.
Al término de su viaje, el funcionario de la ONU insistió que la comunidad internacional debe mantener su compromiso con Haití y asistir a las autoridades nacionales y al pueblo en su búsqueda de soluciones que permitan la estabilidad a mediano y largo plazo.
Francis lamentó que, en la capital Puerto Príncipe, muchos niños no pueden asistir a las escuelas y regresar a sus hogares por la existencia de bandas ilegales que aterrorizan a la sociedad y utilizan el secuestro para extorsionar los recursos de las familias.
También denunció que las mujeres y las niñas son victimas de la violencia sexual por parte de los grupos armados.
“El mundo tiene que ayudar al pueblo haitiano a poner fin a la violencia y trabajar con ellos por la paz, el progreso y la prosperidad de Haití, un país tan lleno de potencial”, afirmó el funcionario y recordó que la violencia afecta todo el espectro de la vida de los ciudadanos.
Asimismo, llamó a todos los protagonistas de la crisis, partidos políticos, sociedad civil, empresarios, religiosos para unirse en solidaridad y trabajar juntos para sacar al país de la crisis.
Francis cumplió una apretada agenda en el país caribeño y se reunió con el primer ministro Ariel Henry y los titulares de Justicia y Asuntos de la Mujer, Emmelie Prophète y Sofia Loréus, respectivamente.
También sostuvo encuentros con la presidenta del Alto Consejo de Transición, Mirlande Manigat y con un grupo diverso de líderes políticos y miembros de la sociedad civil.
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