Destacando el fin de una tendencia de años de disminución del hambre en los Estados Unidos debido en gran parte a políticas federales como el Crédito Tributario por Hijos y las comidas escolares universales, un estudio publicado la víspera detalla cómo la expiración de estos programas impulsó un resurgimiento de la inseguridad alimentaria.
El reporte de la Encuesta Nacional sobre el Hambre 2023 de Hunger Free America (HFA) encontró que «el número de estadounidenses sin suficiente comida durante un período de siete días fue en promedio un 40 por ciento mayor en septiembre y octubre de 2023 que en septiembre y octubre de 2021».
«Durante ese período, el número de personas sin alimentos suficientes aumentó de 19,7 millones a 27,8 millones en todo el país», señaló la HFA, atribuyendo el incremento a la expiración de esos programas.
Muchos aumentos de beneficios federales han desaparecido por completo o se están reduciendo, incluso cuando los precios de los alimentos, el alquiler, la atención sanitaria y el combustible siguen subiendo, añadió el grupo, citado en un artículo de la página digital Common Dreams.
Los estados con las tasas más altas de niños con inseguridad alimentaria fueron Delaware (21,4 por ciento), Nebraska (21,0), Texas (20,7), Georgia (20,0), Kentucky (19,7) y Luisiana (19,7).
Otro dato de interés es que el 7,6 por ciento de los estadounidenses mayores, definidos como personas de 60 años o más, vivían en hogares con inseguridad alimentaria.
«Este informe debería ser una fuerte llamada de atención para nuestros líderes federales, estatales y locales», señaló en un comunicado el director ejecutivo de la HFA, Joel Berg.
El nuevo informe de la HFA sigue a los datos federales publicados en noviembre que muestran que la tasa de pobreza infantil de Estados Unidos se duplicó con creces en 2022 en comparación con el año anterior.
Entretanto, el año pasado los republicanos del Congreso bloquearon la extensión de una política de la era de la pandemia de la Covid-19 según la cual las escuelas públicas ofrecían desayuno y almuerzo gratuitos a decenas de millones de niños.
«Así como nadie debería sorprenderse si la sequía aumenta cuando se quita el agua, nadie debería sorprenderse de que cuando el gobierno quita alimentos, además de dinero para comprarlos, el hambre aumente», añadió Berg.
«Nuestros líderes políticos deben actuar para aumentar los salarios y proporcionar una red de seguridad sólida, para que finalmente podamos poner fin al hambre en Estados Unidos y garantizar que todos los estadounidenses tengan acceso a alimentos adecuados y saludables», concluyó.
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