Los antibióticos y antimicrobianos son el arma secreta de la medicina moderna y el abuso de ellos puede hacer que los microorganismos se adapten a ellos y muten, generando una nueva cepa que no podrá ser refrenada con los antibióticos existentes.
De acuerdo con la literatura médica, para evitar que estas mutaciones ocurran, es necesario que la personas solo consuman medicamentos cuando sea estrictamente necesario y bajo la prescripción y supervisión de un facultativo.
En esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a los gobiernos a reforzar las medidas para detener la resistencia a los antimicrobianos (RAM).
De acuerdo con un comunicado del ente sanitario, es imprescindible un apoyo adicional en lo financiero y tecnológico, para que los países elaboren, prioricen, apliquen y supervisen sus planes contra ese fenómeno.
Cuando los antibióticos dejan de ser eficaces aumenta el riesgo de propagación de las enfermedades que pueden llevar a la gravedad o la muerte de un ser humano.
Cada año pierden la vida cinco millones de personas por este mal, por lo que se impone –según la OMS- más programas de investigación y desarrollo de nuevos antimicrobianos.
El principal factor que amenaza a los seres humanos, animales, plantas y el medio ambiente es el uso indebido y excesivo de esos medicamentos.
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