Según el nuevo boletín del Sistema de Alertas de Deforestación (SAD) Mata Atlántica, el área derribada en los primeros ocho meses del año fue de nueve mil 216 hectáreas y en 2022 registró 22 mil 240.
Los datos consolidados del SAD Mata Atlántica son el resultado de una alianza entre la fundación SOS Mata Atlántica y asociaciones como Arcplan y MapBiomas. Estos datos toman en consideración los límites geográficos establecidos por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en 2019, que es menos abarcador que el área de aplicación de la Ley de la Mata Atlántica, la cual considera también los denominados encraves.
De acuerdo con SOS Mata Atlántica, el encrave es un tipo de área de un bioma aislado y rodeado por una vegetación con características diferentes.
El IBGE revela que hubo una caída en la deforestación en los 15 estados que componen el llamado Bosque Atlántico, uno de los seis biomas en territorio nacional y una de las zonas más ricas en especies de fauna y flora.
Ubicado en la región costera, ese territorio es ocupado por más del 50 por ciento de la población brasileña.
La caída en la deforestación «se debe básicamente a un retorno de la fiscalización, la vuelta del funcionamiento de la política y de la estructura ambiental brasileña», señaló Luís Fernando Guedes, director ejecutivo del SOS Mata Atlántica
Precisó que hubo muchas acciones de fiscalización, de aplicación de multas. «Y una cosa que ha tenido mucho efecto es la suspensión del crédito de productores rurales, que tienen deforestación ilegal», subrayó.
Para Guedes, también los índices de tala todavía son inaceptables y aún se está muy lejos de cumplir el compromiso del presidente Luiz Inácio Lula Lula de eliminarla completamente desde la fecha hasta 2030.
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