El avión que trasladó al represor arribó esta tarde al aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez, de donde Barrientos será llevado al Batallón de la policía militar de Peñalolén, en el suroeste de la ciudad de Santiago.
La ministra vocera del Gobierno, Camila Vallejo, destacó la importancia de esta deportación, a pesar del medio siglo transcurrido desde la muerte del famoso trovador.
“Mas vale tarde que nunca”, declaró Vallejo, y recordó que desde hace varios años se viene peleando por lograr la justicia en este brutal crimen.
Jara fue capturado por miembros del Ejército el 12 de septiembre de 1973, un día después del golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende, y conducido junto a cientos de personas al Estadio Chile.
Cuatro días más tarde, en los alrededores del Cementerio Metropolitano hallaron su cuerpo con señales de tortura y 44 impactos de bala.
Tras una causa iniciada por la viuda de Jara, Joan, y sus dos hijas (Manuela y Amanda), en 2016 una corte federal de La Florida declaró culpable al represor por tortura y ejecución extrajudicial del cantautor.
Barrientos fue condenado, además, a pagar la suma de 28 millones de dólares a la familia, en compensación por daños y perjuicios.
Mientras, en Chile al exmilitar se le procesó en 2012 como autor material del crimen y recientemente la justicia condenó a siete miembros del Ejército en retiro por su responsabilidad en los delitos de secuestro y homicidio de Jara.
Para el abogado Nelson Caucoto, querellante en el proceso en representación de la familia del músico, la deportación de Barrientos va a permitir cumplir con la última etapa pendiente en el juicio.
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