La directora ejecutiva de Fundación Ruta Maya, Sofía Paredes, declaró a la prensa que llegaron en diferentes grupos durante noviembre pasado y permanecieron en el depósito aduanero temporal hasta estar completas. Luego las trasladaron hasta la sede del Ministerio de Cultura y Deportes para su correspondiente revisión, amplió la arqueóloga.
El director de Patrimonio Cultural y Natural de esa cartera, Rudy Ortiz, explicó que este proceso es importante para que la población conozca que las piezas están ya en el territorio.
La Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) verificó códigos e individualidad de las piezas, remarcó el funcionario.
Aparte de la primera verificación realizada, acotaron ambos expertos, previeron otra específica con cada pieza y la participación de analistas en el tema, un proceso que llevará días, subrayaron.
El Ministerio de Cultura y Deportes exigió a fines de octubre pasado la devolución urgente de bienes culturales expuestos en Maya: The Jaguar Rises, California, Estados Unidos.
Mediante un comunicado, la cartera denunció que el evento finalizó el 30 de septiembre y hasta esa fecha no tenía una respuesta en cuanto al cumplimiento de los acuerdos establecidos sobre el retorno al país de las piezas.
Detalló que sus supervisores dieron acompañamiento al procedimiento de desmontaje y embalaje de los bienes culturales muebles, sin embargo, California Science Center Foundation guardó silencio.
Esa entidad –agregó en el texto- evitó la comunicación oficial y, por tanto -señaló- «corren peligro de permanecer sin las medidas de protección pertinentes en bodegas de Estados Unidos».
Además, según información extraoficial a la que tuvo acceso ese organismo central, existía riesgo que los bienes culturales sean trasladados de forma ilícita a un museo de la República Federal de Alemania, advirtió.
La exposición con la mayoría de esos objetos nunca vistos en Estados Unidos, ofreció una visión cultural y ecológica no sólo de la alta cultura maya, sino también de la vida cotidiana de un pueblo profundamente religioso.
Destacó una vasija de cerámica con imágenes de dos dioses del maíz danzantes y ricamente ataviados, que data del siglo VIII después de Cristo.
Además, una elaborada máscara de jade, adornada con piedras de la roca verde, caracolas y obsidiana (vidrio natural de origen volcánico).
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