El colectivo señaló una campaña de descrédito contra el líder religioso en redes sociales y la advertencia de información recibida de que el Ministerio Público pedirá una orden de captura para privarlo de libertad.
El propio eclesiástico informó que el nuncio apostólico acreditado en el país, Francisco Montecillo, le hizo saber que el gobierno de Alejandro Giammattei le entregó una carta muy fuerte contra su persona para que la haga llegar al Vaticano, agregó.
El grupo de organizaciones sociales se solidarizó con el Cardenal y llamó a la comunidad de fieles cristianos de esta nación, a los pueblos originarios y colectivos de la sociedad civil a movilizarse.
Además, a rechazar esos abusos de los corruptos impunes que se aferran al bloque de poder, subrayó la Convergencia, presentada el 3 de octubre del 2002, con representantes de diversas entidades.
Ramazzini, como una de sus figuras principales, planteó entonces que buscaban un posicionamiento como plataforma, «ya con un consenso sobre temáticas coyunturales, pero otras también a largo plazo», declaró.
Aseguró que el colectivo no tenía cartera electoral y que por lo mismo no quisieron aceptar a nadie que estuviera participando en la política partidista.
El purpurado, así como la Conferencia episcopal guatemalteca, pidieron el reconocimiento del vencedor de los comicios del 20 de agosto último.
Luego reprobaron duramente las maniobras para impedir que Bernardo Arévalo asuma la presidencia este 14 de enero de 2024.
El Cardenal viajó el primero del mes en curso a Alemania para atender asuntos relacionados a su cargo en la Iglesia, debe regresar el próximo día 7 y, según enfatizó, no teme acciones legales en su contra.
Vatican News, servicio que ofrece el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, mostró su solidaridad este lunes mediante un mensaje en la red social X ante las amenazas contra Ramazzini.
En tal sentido se pronunciaron la víspera la red Clamor, organización eclesial latinoamericana y caribeña de migración, refugio y trata de personas, y la Red de Iglesias y minería.
“Somos muy conscientes que estas conductas de amedrentamiento y persecución forman parte de una estrategia mayor que pretende neutralizar y silenciar a los liderazgos que defienden la democracia y el estado de derecho en Guatemala”, advirtió la última.
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