El mandatario Xi Jinping preside la cita junto a los titulares del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La Cancillería asiática declaró que ambas partes son socios, no rivales, y sus intereses comunes superan con creces sus diferencias.
«Los cambios en un siglo se aceleran, la situación internacional se intensifica y es turbulenta, la economía mundial carece de impulso, están surgiendo desafíos globales y las relaciones bilaterales también enfrentan nuevas oportunidades y desafíos», señaló el vocero Wang Wenbin.
Manifestó el deseo de que este encuentro desempeñe un papel importante en la construcción del futuro, mejore el entendimiento y la confianza mutua a través de la comunicación estratégica y fortalezca la cooperación de beneficios compartidos.
Wang subrayó que el desarrollo sostenido y saludable de las relaciones bilaterales está en línea con los intereses fundamentales y a largo plazo de ambas partes, así como con las expectativas comunes de la comunidad global.
La Cancillería china reiteró que Beijing es un socio fiable e indispensable para la Unión Europea e invitó al bloque a resolver las diferencias mediante el diálogo.
El portavoz enfatizó que ambas partes se han beneficiado de la cooperación bilateral y que el gigante asiático «nunca ha buscado deliberadamente el superávit comercial».
De esta forma, el vocero respondió a las recientes declaraciones de Ursula von der Leyen sobre el desequilibrio en la relación comercial, uno de los principales puntos de fricción entre ambas partes.
En opinión de Beijing, esta situación «es el resultado de la influencia combinada del entorno macroeconómico, las condiciones del comercio internacional y las estructuras industriales de las dos partes».
Por otro lado, el portavoz subrayó que el bloque también ha obtenido beneficios considerables en su intercambio con el gigante asiático.
«Más de un tercio de las exportaciones de las empresas de la UE en China se vendieron a la UE», ejemplificó.
Asimismo, enfatizó que la Unión Europea establece restricciones estrictas a la exportación de productos de alta tecnología al gigante asiático, y al mismo tiempo «espera aumentar considerablemente las exportaciones a China, lo cual puede que no sea una expectativa razonable».
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