Los pobladores de esa ciudad del municipio de Acevedo, en el estado de Miranda, una vez conocida la noticia salieron este miércoles a las calles a celebrar el nombramiento de esa festividad afrodescendiente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Con los atuendos típicos, niños, jóvenes y adultos bailaban en las calles el acontecimiento anunciado desde Botswana, donde sesiona la XVIII Reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, según imágenes trasmitidas por televisión.
El ministro para la Cultura Ernesto Villegas festejó con los pobladores el acontecimiento y destacó la amplia presencia de niños que serán los que en el futuro garantizarán que la identidad cultural hermosa de nuestros pueblos se mantenga de generación en generación.
Significó que el nombramiento es el fruto de la lucha de muchos hombres y mujeres durante muchos años, “para que ese pedazo de identidad siga formando parte de nuestro paisaje cultural”.
Villegas señaló que si no hubiese sido por esos hombres y mujeres, al lado de los practicantes, desde hace rato la industria cultural comercial habría borrado esa identidad y “seríamos simples consumidores de lo que el mercado cultural impone para homogenizar a todos los pueblos”.
Ustedes han sido bastiones de una resistencia cultural que es de “felicitar y reconocer”, porque habría sido más fácil sucumbir a las fuerzas del mercado y aceptar que la cultura es una mercancía que se vende y tranza, expresó.
El gobernador del estado de Miranda, Héctor Rodríguez, destacó que este es el quinto patrimonio inmaterial que recibe ese territorio y reconoció a su población como gente creativa, buena, trabajadora, inteligente y parte de la venezolanidad.
La Parranda de los Santos Inocentes tiene más de dos siglos de tradición y cada 27 y 28 de diciembre, las comunidades de Pantoja y La Línea, salen a las calles vestidos con sus atuendos típicos de colores.
Este es el noveno reconocimiento que recibe Venezuela por la Unesco, en el que una de sus manifestaciones culturales se inscribe como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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